HISTORIA DE HUACACHINA
Este oasis se formó gracias a una corriente de agua subterránea, que generó el crecimiento de plantas y árboles en medio del desierto de Ica. Actualmente se están realizando esfuerzos para preservar el oasis y ayudar a conservar la vegetación, como las palmeras, eucaliptos y algarrobos.
Huacachina, por ser el único oasis natural en la región, ha sido uno de los destinos turísticos favoritos de peruanos y extranjeros durante décadas. En la década de 1960 fue un famoso balneario, contaba con casas, hoteles, un malecón alrededor de la laguna y hasta un spa. Hoy en día, Huacachina es visitada por cientos de viajeros que vienen a disfrutar de los recorridos por las dunas en los areneros, hacer sandboarding y experimentar la famosa vida nocturna de Huacachina.
Es un pueblo muy pequeño pero tiene una vibra fantástica. Posee un clima cálido, gente amigable, atardeceres de ensueño y además tiene la fortuna de tener un hermoso oasis en el desierto.
LA LEYENDA DE HUACACHINA
Se dice que el oasis se originó a partir de las lágrimas derramadas por una doncella del pueblo de Tacara que lloraba la muerte de su amado, un joven guerrero inca. Después de llorar durante días y noches, se creó la laguna, hasta que un día antes del anochecer un guerrero pasó por la laguna y presenció a la mujer.
Sintiéndose observada, la joven se arrojó al agua para esconderse durante horas. Cuando el guerrero se fué, esta trató de salir y pronto se dio cuenta de que se había transformado en una sirena. El nombre de la joven doncella era Huacachina.
Cuenta la leyenda que todas las noches de Luna Llena, la joven sale de la laguna para seguir llorando a su amado muerto en guerra.
